Comentario
De cómo el gobernador y su gente se vieron con necesidad hambre, y la remediaron con gusanos que sacaban de unas cañas
A 28 días de diciembre el gobernador y su gente salieron del lugar de Tugui, donde quedaron los indios muy contentos; y yendo caminando por la tierra todo el día sin hallar poblado alguno, llegaron a un río muy caudaloso y ancho, y de grandes corrientes y hondables, por la ribera del cual había muchas arboledas de acipreses y cedros y otros árboles; en pasar este río se rescibió muy gran trabajo aqueste día y otros tres; caminaron por la tierra y pasaron por cinco lugares de indios de la generación de los guaraníes, y de todos ellos los salían a rescebir al camino con sus mujeres e hijos, y traían muchos bastimentos, en tal manera, que la gente siempre fue muy proveída, y los indios quedaron muy pacíficos por el buen tratamiento y paga que el gobernador les hizo. Toda esta tierra es muy alegre y de muchas aguas y arboledas; toda la gente de los pueblos siembran maíz y cazabi y otros semillas, y batatas de tres maneras: blancas y amarillas y coloradas, muy gruesas y sabrosas, y crían patos y gallinas, y sacan mucha miel de los árboles de lo hueco de ellos.
A primer día del mes de enero del año del Señor de 1542, que el gobernador y su gente partió de los pueblos de los indios, fue caminando por tierras de montañas y cañaverales muy espesos, donde la gente pasó harto trabajo, porque hasta los 5 días del mes no hallaron poblado alguno; y demás del trabajo, pasaron mucha hambre y se sostuvo con mucho trabajo, abriendo caminos por los cañaverales. En los cañutos de estas cañas había unos gusanos blancos, tan gruesos y largos como un dedo; los cuales la gente freían para comer, y salía de ellos tanta manteca, que bastaba para freírse muy bien, y los comían toda la gente, y los tenían por muy buena comida; y de los cañutos de otras cañas sacaban agua, que bebían y era muy buena, y se holgaban con ello. Esto andaban a buscar para comer en todo el camino; por manera que con ellos se sustentaron y remediaron su necesidad y hambre por aquel despoblado. En el camino se pasaron dos ríos grandes y muy caudalosos con gran trabajo; su corriente es al Norte. Otro día, 6 de enero, yendo caminando por la tierra adentro sin hallar poblado alguno, vinieron a dormir a la ribera de otro río caudaloso de grandes corrientes y de muchos cañaverales, donde la gente sacaba de los gusanos de las cañas para su comida, con que se sustentaron; y de allí partió el gobernador con su gente. Otro día siguiente fue caminando por tierra muy buena y de buenas aguas, y de mucha caza y puercos monteses y venados, y se mataban algunos y se repartían entre la gente: este día pasaron dos ríos pequeños. Plugo a Dios que no adolesció en este tiempo ningún cristiano, y todos iban caminando buenos con esperanzas de llegar presto a la ciudad de la Ascensión, donde estaban los españoles que iban a socorrer; desde 6 de enero hasta 10 del pasado mes pasaron por muchos pueblos de indios de la generación de los guaraníes, y todos muy pacíficos y alegremente salieron a rescebir al camino de cada pueblo su principal, y los otros indios con sus mujeres e hijos, cargados de bastimentos (de que se rescibió grande ayuda y beneficio para los españoles), aunque los frailes fray Bernaldo de Armenta y fray Alonso, su compañero, se adelantaban a recoger y tomar los bastimentos, y cuando llegaba el gobernador con la gente no tenían los indios que dar; de lo cual la gente se querelló al gobernador, por haberlo hecho muchas veces, habiendo sido apercebidos por el gobernador que no lo hiciesen, y que no llevasen ciertas personas de indios, grandes y chicos, inútiles, a quien daban de comer; no lo quisieron hacer, de cuya causa toda la gente estuvo movida para los derramar si el gobernador no se lo estorbara, por lo que tocaba al servicio de Dios y de Su Majestad; y al cabo los frailes se fueron y apartaron de la gente, y contra la voluntad del gobernador echaron por otro camino; después de esto, los hizo traer y recoger de ciertos lugares de indios donde se habían recogido, y es cierto que si no los mandara recoger y traer, se vieran en muy gran trabajo. En el día 10 de enero, yendo caminando, pasaron muchos ríos y arroyos y otros malos pasos de grandes sierras y montañas de cañaverales de mucha agua; cada sierra de las que pasaron tenía un valle de tierra muy excelente, y un río y otras fuentes y arboledas. En toda esta tierra hay muchas aguas, a causa de estar debajo del trópico: el camino y derrota que hicieron estos dos días fue al Oeste.